La doctrina social de la Iglesia de ANDRES GALLEGO, JOSE

Pobreza, desigualdad, corrupción, leyes que pisotean la dignidad humana, sufrimiento, violencia, racismo, discriminación… ¿Está la Iglesia católica ahí para luchar contra estas realidades? ¿O tiene usted la costumbre de llegar tarde en estos frentes? ¿Siente la sociedad que la Iglesia se ha levantado contra la injusticia? El 15 de mayo de 1951, el Papa León XIII publicó la encíclica Rerum Novarum. La posición de la Iglesia católica ante el cambio violento que trajo la Revolución Industrial a la sociedad y especialmente a la clase trabajadora, que quedó reducida a una mera categoría instrumental. Este libro explica cómo nació en el seno de la Iglesia la llamada «cuestión social», es decir, la conciencia de la dificultad creada por el encuentro del progreso material con la decadencia de los principios ético-sociales. Hoy la «cuestión social» se ha convertido en una «cuestión antropológica», que no se limita a las formas de propiedad y de relaciones laborales, sino que abarca a todos los seres humanos. Por eso, la Doctrina Social de la Iglesia también ha avanzado, aunque se declara consciente de lo que es necesario hacer más. En este sentido, quedan temas de especial importancia aún pendientes, como aclarar que no hay justicia sin libertad, ni libertad sin justicia. Por ello, el autor muestra en los textos que no se puede lograr la justicia si sólo se utiliza la razón, que se debe crear un intercambio fraterno, y eso requiere tener una dimensión religiosa. El libro también introduce otro gran tema: la confusión entre la comunidad política y el Estado. El autor admite la reducción de esta última al carácter de instrumento de autoridad legítima -que es para lo que nació- y revisa la doctrina del origen de la autoridad y las formas de gobierno, que prioriza la participación sobre la representación. «Es único el esfuerzo realizado por el Magisterio eclesiástico, especialmente en el siglo XX, para interpretar la realidad social a la luz del Evangelio y ofrecer de manera más oportuna y orgánica su propia contribución a la solución de la cuestión social». se ha convertido en una cuestión planetaria.» Juan Pablo II en Novo millennio ineunte.